lunes, 28 de septiembre de 2009

Shawarmas, Nori y Sopaipas



Un poste en la esquina de calle Dardignac con Loreto dice lo siguiente: Barrio Patronato “el barrio comercial y cosmopolita de Chile”. Metros más allá un vendedor coreano reclama en su idioma en contra de un empleado. Extraño para el nuevo visitante, lo cierto es que las discusiones en idiomas extraños y los maniquíes con el potito parado son el paisaje frecuente del exótico Patronato.



El Barrio Patronato ubicado, según la municipalidad de Recoleta, en el radio de las calles Loreto, Bellavista, Recoleta y Santos Dumont es quizás el lugar más exótico de Santiago. Conocido como el barrio de las picadas de ropa de todas las marcas y precios, todos los días se encuentra repleto de gente que aprovecha las ofertas que ofrecen vendedores coreanos, peruanos, árabes y por supuesto chilenos por los parlantes de los múltiples negocios del sector.



La ruta puede partir, de preferencia, bajándose en la estación de metro Patronato (Línea 2) o si prefiere puede tomar los servicios 203 y 208 de Transantiago que lo dejarán en la esquina de calle Santa Filomena con Recoleta. El paisaje se inunda de maniquíes por ambos lados de la calle, que lleva el nombre de la santa mártir, y los puestos de mote con huesillos se multiplican en todas las esquinas, el más heladito y sabroso está por lejos en el puesto de la señora Carmen, en la intersección de Santa Filomena con Patronato. Mientras usted disfruta del delicioso elixir nacional junto a paisanos y coreanos, en el punto neurálgico del barrio, tomar cualquier dirección es válido ya que para donde camine encontrará ropa y accesorios baratos. El más conocido por sus ofertas es el pasaje Asunción, donde las marcas Sadidas y Reboo tienen la preferencia. De noche este pasaje da pie a la bohemia ya que funciona el club Ex Fábrica, ubicada en los antiguos cimientos de una industria. En la esquina de este pasaje se encuentra la novena comisaría de carabineros, que para ser sinceros cualquiera podría pensar que es un quiosco de diarios, si no tuviera el logo institucional.



En la esquina de las calles Río de Janeiro con Antonia López de Bello se encuentra un monumento a las cosas raras y baratas, el China House Market. Al entrar la música de Faye Wong o de S.H.E. – algo así como Myriam Hernández y Kudai oriental- suena por los parlantes. La oferta es variada y se puede encontrar desde implementos para sushi, bebidas energéticas, charqui vegetariano hasta zapatillas por sólo mil pesos. Si la ruta que escoge sigue por López de Bello, comienza la zona de bordados y estampados, donde todos los jóvenes que salen de cuarto medio mandan a hacer sus polerones conmemorativos. Pero lo exótico no acaba y en la intersección de esta última calle con Loreto, se encuentra el Rincón Arabesco, donde en cinco minutos se puede usted trasformar en un jeque o una odalisca por módicos precios.

La faceta gastronómica del sector es algo que no se puede dejar de mencionar. Los shawarma, kebab y falafel árabes se entremezclan con los aromas de los Joe Dop Pap, los Bul Go Gui coreanos y los clásicos completos italianos. Eso sí, si usted cree que va encontrar las mismas ofertas de la ropa en la comida, está completamente equivocado. Los precios de las exóticas comidas no bajan de los $2200 y los completos se encuentran al mismo precio, o quizás más caros, que en el resto de los barrios comerciales de Santiago. De todas formas si el vuelto de las compras es contundente, no repare en servirse un Bul Go Gui. Carne y verduras crudas con salsa de sésamo que se sirven con fuego directo en la mesa. Todo esto en el restorán coreano Sukine. No olvide pedir un refresco porque la comida es sabrosa pero fuerte.

Pero si a usted le aburre la ropa y las comidas con aromas extraños, su destino dentro del barrio es otro. El sector se encuentra repleto de grandilocuentes iglesias, pertenecientes a las diferentes órdenes eclesiásticas llegadas a Santiago en el periodo colonial, cuando la comuna – Recoleta- era conocida como “La Chimba”. El antiguo convento de la Recoleta Franciscana es el primer gran edificio religioso que recibe a los visitantes del barrio. Construida en 1811, es conocida como la iglesia de los pobres debido a que en su interior se guardan los artículos pertenecientes a Fray “Andresito”, popular santo español que goza de un fuerte fervor en los santiaguinos, “debido a la efectividad que entrega Andresito al momento de pedir mandas”, cuenta un locatario cercano a la iglesia. Por la misma Avenida Recoleta la sorpresa puede ser grata para los amantes de la historia. En la intersección de dicha avenida con calle Domínica se erige otra gran basílica, conocida como la Recoleta Domínica. Construida en 1883 La orden religiosa en conjunto con la DIBAM (Dirección de bibliotecas y museos) decidieron restaurar las dependencias del edificio y los antiguos salones se transformaron en el Museo de Historia Domínico y de Artes decorativas, en donde se encuentran preciados objetos de la orden domínica y de la historia de Santiago. Se encuentra abierto de martes a domingo y lo mejor de todo es que la entrada es completamente liberada.

Después de haber comprado ropa barata, charqui vegetariano y haber visitado el patrimonio histórico de la ciudad, el hambre se vuelve a hacer presente. Recomiendo como última parada, y para coronar el paseo que dio, no dejar de pasar por un jugo natural al puesto tras la iglesia franciscana y unas sopaipillas en el carrito de Dardignac con Recoleta. Al entender de los peregrinos y de los visitantes, el carrito con el mejor pebre del lugar. Un verdadero manjar criollo.